El fotógrafo alemán Bernhard Lang nos regaló una perspectiva única: mirar desde arriba a este monstruo industrial normalmente oculto a la vista humana. Sus imágenes aéreas de la mina a cielo abierto en Alemania revelan paisajes surrealistas donde la escala de la intervención humana resulta aterradora y fascinante a la vez.
La paradójica belleza de este gigante industrial:
- Profundidad de 457 metros (¡más que la Torre Eiffel!)
- Extensión de 57 km² (como una ciudad pequeña)
- Maquinaria del tamaño de edificios de 30 pisos
- Capas geológicas multicolores que parecen un pastel
Desde el aire, este coloso industrial se transforma en una obra maestra abstracta: las huellas de las máquinas crean patrones hipnóticos, los desniveles del terreno juegan con la perspectiva y las capas de tierra forman un cuadro viviente. Pero tras esta belleza inesperada yace una cruda realidad: las fotos exponen el impacto humano en el planeta, invitándonos a reflexionar sobre el costo del progreso y la fragilidad de la naturaleza.