En 1973, una supercomputadora desarrollada por el MIT llamada World One sorprendió al mundo con una predicción: si la humanidad no cambia sus hábitos, la civilización tal como la conocemos colapsaría hacia 2040–2050. El modelo utilizó datos sobre población, recursos naturales, producción industrial, contaminación y calidad de vida. Escribe The Guardian.

¿Qué anticipa World One?
Según el modelo original:
- Para 2040, la calidad de vida disminuirá drásticamente debido a la contaminación y el crecimiento demográfico.
- Hacia 2050, podríamos alcanzar un punto de no retorno, con escasez crítica de agua y recursos, y condiciones ambientales insostenibles.
Muchos científicos actuales coinciden con este escenario.
Las amenazas más urgentes, según los expertos
Cambio climático: El aumento de temperaturas podría causar olas de calor extremas, sequías y tormentas más violentas.
Corrientes oceánicas en riesgo: La interrupción de corrientes como la del Golfo podría generar un nuevo período glacial.
Eventos extremos: Terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas (como Yellowstone) representan riesgos globales.
Pérdida de oxígeno: La deforestación y la polución amenazan con reducir el oxígeno atmosférico.
Otras amenazas globales
Choque con asteroides: Aunque poco probable, el impacto de uno grande podría tener efectos devastadores.
Tormentas solares: Podrían afectar sistemas eléctricos y comunicaciones.
Inteligencia Artificial fuera de control: Elon Musk y otros expertos advierten que un sistema de IA autónomo podría tomar decisiones en contra de la humanidad, especialmente en el ámbito militar.
¿Qué podemos hacer?
Aún no es demasiado tarde, dicen los científicos. Pero la ventana para actuar se está cerrando. Frenar el cambio climático, regular la inteligencia artificial y proteger los ecosistemas ya no es opcional, sino urgente.
Más que temer el “fin del mundo”, quizás sea hora de repensar nuestro futuro.