El Museo Nacional de Arte Decorativo, bajo la órbita de la Secretaría de Cultura, presenta Versalles, una exposición individual del artista Nahuel Vecino que explora el cruce entre la pintura francesa del siglo XVIII y XIX y un presente porteño profundamente reinterpretado.


La muestra propone dos estrategias que han marcado la obra de Vecino desde sus inicios: por un lado, la cita y actualización de tradiciones pictóricas centrales en la historia del arte occidental —desde los ecos de Watteau hasta las sombras de Géricault—; por otro, la capacidad de trasladar esos imaginarios lejanos a rincones contemporáneos del Gran Buenos Aires. No es casual que “Versalles” remita tanto al palacio símbolo del absolutismo francés como al barrio del oeste bonaerense que lleva su nombre.


Vecino crea escenas que combinan sofisticación y una risa ácida al estilo del “rococó sudamericano”, que explora —y a la vez cuestiona— la relación entre la pintura y el Palacio, es decir, el poder. Naturalezas muertas, catástrofes militares, alegorías metafísicas, criaturas mitológicas y héroes suburbanos se unen en viñetas que componen una historia fantástica y, al mismo tiempo, una carta de amor a la pintura y un compromiso con su vigencia en el presente
— dice Patricio Orellana, curador de la muestra.

Distribuida en cuatro núcleos, la exposición incluye óleos, esculturas, dibujos en sanguina y temple al huevo, instalaciones y piezas en pastel. El primer núcleo está inspirado en la idea de un salón-palacio y transforma el Gran Salón del museo en una sala de arte contemporáneo. El segundo ocupa el antiguo Comedor, con obras que cruzan lo mitológico y lo cotidiano en una paleta intensa. El tercero da el salto al volumen: una instalación inmersiva donde los personajes pictóricos se vuelven tridimensionales.



Y finalmente, el Salón de Baile funciona como cierre animado y vibrante: los dibujos no cuelgan de las paredes, sino que flotan a distintas alturas y se multiplican en los espejos que decoran el espacio. Allí conviven dos series de Vecino —una en sanguina, con ecos de los “Caprichos” de Goya, y otra en azul, trabajada con temple al huevo, que remite a los azulejos portugueses—.
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Versalles se puede visitar en el Museo Nacional de Arte Decorativo (Av. del Libertador 1902, CABA) con entrada libre y gratuita.


































