En marzo de 2025, la Unión Europea tomó una decisión que sorprendió a muchos: tras 45 años de protección, se permitirá cazar lobos grises. El motivo oficial es el aumento acelerado de su población: en los últimos 12 años, los lobos volvieron a varias regiones de Europa, alcanzando los 20 mil ejemplares, escribe la BBC.
Pero para organizaciones ambientales como WWF, esta medida pone en riesgo décadas de recuperación y responde más a intereses políticos que ecológicos.
Todo por un pony
En 2022, un lobo mató al pony de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea. Desde entonces, la presión por flexibilizar la protección legal aumentó. Para el WWF, el permiso de caza es “extremadamente decepcionante” y amenaza el futuro de una especie que apenas se estaba recuperando.
¿Qué pasa cuando se rompe una manada?
Los lobos no son solitarios. Viven en manadas organizadas, como familias. Cuando se caza a los adultos, la estructura se rompe: los jóvenes lobos se desorientan, y es entonces cuando pueden atacar ganado. O incluso acercarse más a las zonas urbanas.
Además, los lobos cumplen un rol clave: regulan las poblaciones de ciervos y jabalíes —especies que, sin depredadores, destruyen árboles jóvenes y cultivos. También consumen animales enfermos, ayudando a prevenir brotes como la peste porcina africana.
No son tan peligrosos como creés
En los últimos 40 años, no se registró ni un solo ataque fatal de lobo a humanos en Europa. Aun así, la imagen del “lobo malo” persiste —muchas veces alimentada por titulares exagerados y el miedo a lo desconocido.
¿Qué se puede hacer en lugar de disparar?
Activistas proponen soluciones no letales: entrenar perros pastores, instalar cercos eléctricos y ofrecer apoyo estatal a productores. Pero, como siempre, el problema es el tiempo y el dinero: un buen perro guardián no se entrena de un día para otro.
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