La arquitecta porteña Florencia Rissotti transformó un antiguo galpón en el barrio de Chacarita en una tienda de telas poco convencional llamada Tienda Mayor, donde todo —desde las divisiones hasta las vitrinas— está hecho con telas. La arquitectura acá no enmarca el producto: es el producto. Fuente — según Dezeen.

El local se distribuye en dos niveles: en la planta baja está el showroom y el área de descanso, mientras que el entrepiso aloja oficinas y almacenamiento. En lugar de muros rígidos, hay cortinas de tela color crema que dividen ambientes, esconden estanterías con pedidos y crean pequeñas salas de reunión.
El espacio se construyó con el material crudo del lugar: la tela
dice el estudio de Rissotti.

A lo largo de una pared cuelgan muestras de tela en ganchos, que se pueden actualizar según la temporada. Según el estudio, «el catálogo muta y el espacio muta con él». Incluso la escalera es parte de la exhibición: sus barandas están cubiertas por terciopelo y otros géneros que caen como un «tótem» textil que une los dos niveles.

La paleta cromática es neutra, con tonos arena y crema, y los colores intensos aparecen en los textiles y el mobiliario tapizado dispuesto en línea recta frente a la muestra.

En el exterior, un pequeño jardín con un banco metálico semicircular y vegetación simple remata el concepto minimalista y sereno del proyecto.















📸 Fotos: Fernando Schapochnik